Noche de luces en el Stadion An der Alten Försterei y arranque intenso de ambos equipos, volcados desde el inicio en un duelo muy físico y con numerosos choques. La primera ocasión clara fue para los Eisernen en el minuto ocho, cuando Wooyeong Jeong prolongó de cabeza un balón largo ante Willi Orbán y probó suerte desde unos 16 metros, aunque su disparo se marchó alto.

Seis minutos después, Derrick Köhn botó una falta desde el centro del campo con mucho peligro hacia el área visitante. El balón cayó en el segundo palo, donde Oliver Burke remató de volea, pero lo hizo demasiado centrado y Peter Gulácsi atrapó sin problemas. Poco después llegó la primera aproximación ofensiva del Leipzig: el joven Yan Diomande se abrió paso en el uno contra uno ante varios jugadores del Union y buscó el palo largo, pero Frederik Rönnow respondió con una gran estirada para enviar el balón a córner. En el saque de esquina posterior, Christoph Baumgartner cabeceó con fuerza, aunque de nuevo Rönnow reaccionó con reflejos y evitó el gol (17’).

Superada la media hora, Ilyas Ansah prolongó de cabeza un centro al segundo palo, donde apareció Janik Haberer, pero el centrocampista no logró controlar con claridad y la jugada se diluyó. A partir de ahí, el partido entró en una fase de equilibrio durante unos 15 minutos, con ambos equipos neutralizándose. Leipzig tuvo algo más de posesión, pero sin generar verdadero peligro.

La ocasión más clara de los visitantes antes del descanso llegó a balón parado. Desde unos 18 metros, David Raum ejecutó un lanzamiento de falta que se marchó desviado (39’). Ya en el tiempo añadido, el Union volvió a rozar el gol cuando Köhn centró con precisión al segundo palo y Haberer, llegando desde atrás, remató rozando el poste (45’+1). Poco después, el árbitro señaló el final de la primera parte.

Apenas había transcurrido un minuto de la segunda parte cuando Orbán se quedó corto en un pase atrás hacia su compatriota Gulácsi. Burke interceptó el balón, pero el guardameta húngaro salió con rapidez y, con una entrada decisiva, evitó que el escocés se plantara solo ante la portería vacía.

Poco después, el número 7 de los Eisernen no perdonó. Leopold Querfeld recuperó el balón en su propia área y lanzó en profundidad a Ilyas Ansah. Aunque el atacante perdió la posesión, el Union mantuvo la presión y Aljoscha Kemlein volvió a robar. La jugada continuó a través de Ansah, Kemlein y Jeong hasta que el balón llegó a Burke, que dejó atrás a un defensor con un amague y definió de manera brillante con la izquierda al ángulo para el 1-0 (57’).

La ventaja duró poco. Apenas tres minutos más tarde, el recién ingresado Tidiam Gomis recibió de Conrad Harder en la frontal, controló y batió a Frederik Rönnow con un potente disparo para el 1-1 (60’). La rápida respuesta del Leipzig no alteró al Union. De nuevo, una recuperación de Kemlein en el centro del campo dio inicio al ataque. El internacional sub-21 abrió a la derecha para Christopher Trimmel, que acababa de entrar, y su centro preciso encontró la cabeza de Ansah, que devolvió la ventaja a los locales (63’).

En el último tramo del encuentro, el equipo de Steffen Baumgart se replegó con orden y buscó el contragolpe. Tras una recuperación alta de András Schäfer, el húngaro probó desde un ángulo cerrado, pero Gulácsi respondió con seguridad (83’). Mientras tanto, el Leipzig insistía en encontrar espacios, sobre todo en acciones individuales, aunque se topó una y otra vez con la solidez defensiva de los Eisernen.

El Union sentenció en el tiempo añadido. Tras un saque largo de Rönnow, Andrej Ilić se impuso en el juego aéreo y Schäfer volvió a asistir al delantero serbio. Este levantó la cabeza y cedió para Tim Skarke, que definió con tranquilidad al palo largo para el 3-1 (90’+3). Poco después llegó el pitido final y Köpenick celebró una victoria por 3-1.

“Sabíamos que no sería un partido fácil. Queríamos aprovechar las oportunidades que tuvimos y creo que lo conseguimos bien. Los goles traen, por supuesto, confianza, no solo para los delanteros, sino para todo el equipo”, así resume Derrick Köhn tras el pitido final.

“Para mí es muy emotivo haber marcado mi primer gol hoy y estoy agradecido. En el partido actuamos muy bien, nos hemos preparado toda la semana para actuar como un equipo y seamos difíciles de enfrentar. Estamos felices de haber mantenido los tres puntos en casa”, añadió Tim Skarke después.

“No hemos ganado contra cualquiera, sino contra el equipo más fuerte después del Bayern. Al final, hemos derrotado al oponente con nuestros propios medios y también es bonito que hayamos marcado tres goles en jugada, sin tiros de esquina. Los chicos se han entregado hasta el final y realmente han trabajado por la victoria”, es el análisis del entrenador principal Steffen Baumgart tras el duelo.