De Puertollano a Berlín

Antonio Hurtado nació en Puertollano, España, y emigró a Alemania en los 70 siendo un adolescente junto a su familia. A pesar de las dificultades iniciales, como el desconocimiento del idioma y la adaptación a una nueva cultura, Antonio logró integrarse y desarrollarse académica y profesionalmente en su país de acogida. Estudió ingeniería, obtuvo un doctorado y ocupó puestos relevantes en el ámbito universitario y empresarial en diferentes ciudades del país, a día de hoy en Dresden.

“Mi padre vino a principios de los 60. Primero él, luego mi madre y mis hermanos. Cuando ya tenía casi 13 años, decidieron llevarme también para Alemania. Y aquí me tienes”, recuerda Antonio. “Sigo siendo español, manchego de los pies a la cabeza. Pero el cerebro y parte del corazón también son alemanes”.

Su vínculo con el fútbol, y con el Union, no surgió desde el principio. “El Union me atrapó poco a poco”, recuerda. Todo comenzó en el año 2000, cuando su empresa colaboró con el club en un proyecto de desarrollo para la cantera. Aquel acercamiento se intensificó un año más tarde, con la histórica participación del Union en la final de la Copa de Alemania. “Me enamoró su espíritu, su gente, su historia”, explica.

A partir de ahí, Hurtado no solo se convirtió en seguidor, sino también en una figura de referencia. Su perfil técnico, su carisma y su compromiso lo llevaron a dar un paso decisivo. En 2004, más o menos en las mismas fechas que el presidente Zingler aterrizaba en Köpenick, se erigió en el Responsable del Consejo de Supervisión.

Una pieza más en el rescate del club

“El Union estaba muy cerca de perder la licencia. Faltaba poco. En una situación así había que actuar rápido, con la cabeza fría.”, recuerda. Una de las primeras acciones fue lanzar la campaña “Bluten für Union” (Sangrar por el Union), en la que los aficionados acudían en masa a donar sangre, recibiendo a cambio un pequeño pago que luego donaban al club. En pocos meses se recaudaron más de un millón de euros.

“No fue solo una cuestión de dinero”, señala Antonio. “Fue una muestra brutal de lo que significa este club para su gente. No es solo fútbol es identidad e Incluso el alcalde de Berlín donó. También aficionados del Hertha y otros clubes, ya no se trataba solo de salvar a un equipo de fútbol, sino de proteger una parte del patrimonio popular de la ciudad”.

Finalmente trabajó en el Union durante ocho años de forma completamente voluntaria. En varios medios españoles le han etiquetado como una salvador y él se aleja totalmente de estos titulares. "Mucha gente colaboró en sacar al club adelante y yo solo fui uno más". Lo cierto es que en su etapa de gestión, el club se estabilizó económicamente y volvió a construir desde abajo, ladrillo a ladrillo pero creyendo que todo era posible. Incluso se hicieron planes estratégicos muy ambiciosos en los que ya se hablaba de la Bundesliga.

Uno de los proyectos más emocionantes de esa etapa fue la reconstrucción del estadio An der Alten Försterei, entre 2008 y 2009. “Fue una locura maravillosa. Más de dos mil aficionados ofrecieron su tiempo, su esfuerzo y sus manos para levantar su casa. Aportaron 140.000 horas de trabajo voluntario. Eso no lo he visto en ningún otro lugar del mundo”, afirma con orgullo.

El círculo se cierra en el Bernabéu

En su primera rueda de prensa como presidente del Consejo de Supervisión, Antonio dijo unas palabras que nadie se tomó en serio: “Quiero ver algún día al Union jugar un partido oficial contra el Real Madrid”. Ese sueño se hizo realidad en la temporada 2023-2024, cuando el club debutó en la UEFA Champions League y se enfrentó al conjunto merengue. Antonio, presente en el palco del Santiago Bernabéu, vivió con mucha emoción ese momento, recordando los sacrificios y esfuerzos que llevaron al club hasta allí.

A día de hoy Antonio es un fan más que va cada dos semanas a An der Alten Försterei y disfruta del crecimiento del club: Sus planes de ampliación del estadio, la irrupción del femenino... Una ambición que se forjó en aquellos tiempos de supervivencia y que demostró que pensar en grande a veces es necesario para conseguir tus sueños.