Las dos aficiones recibieron a sus equipos con tifos en las gradas, creando un ambiente perfecto en el Heidewaldstadion para la noche de viernes. Desde los primeros minutos quedó claro el plan del conjunto local: impedir que el equipo de la Bundesliga entrara en juego. Con una presión alta desde el inicio, rápidas transiciones tras recuperar el balón y sin miedo en los duelos, el Gütersloh se lanzó a por el partido. Aunque ese planteamiento no se tradujo en ocasiones claras, sí logró mantener a raya al Union, que solo inquietó en una falta lanzada por Leopold Querfeld en el minuto 16.

El libre directo sería, de hecho, la vía para abrir el marcador. Poco después, otra falta cerca del área (sobre Ilyas Ansah) permitió a Robert Skov ejecutar un zurdazo preciso, superando la barrera y ajustando el balón junto al poste derecho (19’). A pesar del golpe, los locales mantuvieron la intensidad, pero los berlineses siguieron aprovechando cada balón parado. En el 35’, un saque de esquina botado por el capitán Christopher Trimmel al segundo palo encontró a su compatriota Leo Querfeld, que remató para el 0-2.

El Gütersloh no bajó los brazos y, empujado por su hinchada, buscó opciones en ataque. Sin embargo, la zaga del Union se mantuvo firme. Y nuevamente, una acción a balón parado resultó decisiva: tras un córner, el disparo inicial fue despejado, pero Danilho Doekhi volvió a intentarlo y su remate fue desviado por Rani Khedira para el 0-3 (43’). Tras tres minutos de añadido, ambos equipos se marcharon al descanso.

La segunda mitad comenzó de la peor manera para el Union: su guardameta titular, Frederik Rönnow, tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión poco después de la reanudación. En su lugar entró Matheo Raab, fichaje veraniego, que debutaba en partido oficial. No tardó en justificar su presencia con una parada clave ante Luis Frieling, que culminó una fase de presión del Gütersloh con un disparo desde un ángulo muy cerrado (54’).

En el área contraria, el equipo de Steffen Baumgart seguía buscando ampliar la ventaja, de nuevo a balón parado. Un saque de esquina de Christopher Trimmel fue cabeceado por Danilho Doekhi, que rozó el gol con un remate que se marchó junto al poste derecho (66’).

El Gütersloh también tuvo su ocasión más clara en el minuto 71: Patrick Twardzik, su delantero más peligroso en la presente temporada de Regionalliga, probó suerte con un potente disparo desde la frontal, pero volvió a encontrarse con Raab.

Con las altas temperaturas todavía presentes y tras ajustar el sistema a un 3-5-2 habitual en el equipo, el Union mantuvo el control y encontró el cuarto gol. En el 78’, Janik Haberer, recién ingresado, rompió hasta la línea de fondo tras un bonito doble pase con Andras Schäfer. Su centro raso lo envió a la red Andrej Ilic, definiendo como un auténtico nueve desde corta distancia.

Las numerosas sustituciones en ambos equipos fueron frenando el ritmo del partido, pero todavía hubo tiempo para más. En el 88’, Wooyeong Jeong rozó el quinto en una gran acción individual que terminó con un disparo detenido por Matuschewsky. El surcoreano se resarció en el descuento (90’+4) repitiendo prácticamente la misma jugada, esta vez tras asistencia de Ilic, que sumó así su segundo pase de gol.

Poco después, el árbitro señaló el final y certificó un debut oficial inmejorable para los berlineses en la nueva temporada.

"Me alegra mucho haber podido ayudar al equipo con un gol. Ante un rival que lo da todo, cada tanto es importante, sobre todo para ganar confianza. Hoy nos hemos recompensado por nuestro trabajo: portería a cero y efectividad en ataque", resumió Leopold Querfeld tras el pitido final.

"Se siente bien. En la Copa siempre es complicado, sin importar el rival. Intentamos que el Gütersloh no pudiera ejecutar su plan y buscamos constantemente romper su última línea defensiva. En general, llevamos a cabo muchas de las ideas que queríamos, así que fue una tarde redonda", añadió el capitán Christopher Trimmel.

"Queríamos pasar de ronda y lo hemos hecho con autoridad. Más allá de cómo llegaron los goles, cumplimos gran parte de lo que nos habíamos propuesto. El plan era jugar un fútbol claro y sólido, y los tantos llegaron en los momentos justos, así que estoy muy satisfecho", valoró el entrenador Steffen Baumgart.